viernes, 4 de enero de 2008

2008: Estamos en días FRUCTÍFEROS... tus días son PERFECTOS

"Aprovechando bien el tiempo..." (5.16a/Efesios)



Fue una noticia y una experiencia impactante al saber que el hijo mayor de uno de los líderes de Manantiales había fallecido. Más para los que somos sus amigos y somos padres, fue una noticia que quebranto nuestros corazones. Sergio (conocido como el checho) partió a la presencia del Señor. Después del entierro aun impactado pensaba en algunas palabras que me había dicho mi esposa, un poco triste me comentó: "... y el señor se lo llevó sin que cumpliera algunos anhelos de su corazón". ¡Sergio fue un srvidor constante!, lo que comenzaba, lo terminaba, creo que él cumplió muchas cosas que el Señor le encomendó y esa obra hablara por muchos años, las demás cosas quizás estaban en las añadiduras del Reino o quizás eran secundarias para el Padre. (Sergio tenía 30 años cuando pasó a disfrutar a la presencia del Señor)

Qué frágil e impotente es el hombre cuando se enfrenta a esta experiencia de despedir a alguien que ama. Pero qué revelador es ésta experiencia para nuestros corazones. Sin darnos cuenta como hijos de Dios, estamos tan atados a este mundo y aquellos que amamos, pensando que toda la felicidad esta aquí en la tierra. ¿Cuánto realmente nos falta para desarraigarnos del sistema del mundo? Para muchos cristianos esta unión todavía sigue siendo una atadura insaciable en sus corazones.

Jesús dijo: "A dónde esté tu tesoro, ahí estará tu corazón" (12.34/Lucas). Muchos aman más esta vida secular porque ahí está su tesoro. El pueblo de Israel nunca aprendió en su espíritu que ellos eran: "peregrinos y extranjeros", que estaban de paso en esta tierra. El secreto de los grandes hombres y mujeres de la Biblia fue que ellos menospreciaron esta vida para alcanzar otra mejor (la del Reino), cada día y cada año la vivieron, sirviendo con todo para agradar y cumplir los planes de Dios.

¡No importa cuánto vivirá usted!, sino ¿Cómo vivirá? o ¿Para quién vivirá? La muerte de "Checho" fue impactante porque era jóven y soltero, y las preguntas que brotaron naturalmente en los corazones fueron: ¿Porqué? ¿Para que Dios se lo llevó? Mi pregunta es para los que aún estamos viviendo por fe, ¿Te importa cuánto vivirás? ¿Aún sigues aferrado o atado a la vanagloria de este mundo? ¿Tu vida y tus días son apasionados y feliz sirviendo al Señor? Entonces, ¡Gózate, porque si mañana partes, tus días serán fructíferos y los frutos hablarán a tu descendencia!

Robert Murria McCheyne dijo una vez: "Vive tanto como para ser extrañado cuando mueras". Este ministro Escoces tenía 28 años cuando murió. Estos son días expectantes y trascendentales para la Iglesia, días de visitación y multiplicación sobrenatural del Espíritu Santo, y nos vemos enfrentados en medio de dos decisiones imperdibles. Por un lado, el mundo esta encantado y apasionado por el consumo lujurioso y por la economía esclavizadora (dependiente de créditos, tarjetas, etc.); y por otro lado están los santos apasionados y consumidores de la presencia del Espíritu Santo para servir al Reino de Dios, las "añadiduras" de su decisión serán días felices, prosperidad en todas las áreas, la mala decisión traerá maldición y esclavitud.

El propósito como hijos no está en saber cuanto voy a vivir, sino ¿Cómo voy a vivir?. Esto me revela el espíritu Santo al momento de escribir este boletín: "Vivir alejado de Dios y en desobediencia significará que nuestros días serán acortados...". Los que viven en la obediencia de los mandamientos del Reino tienen vida en abundancia para trabajar y vivir acá, es la promesa de Jesús (10.10/Juan). Charles Spurgeon dijo en una ocasión: "El tiempo es corto. La eternidad es larga. Es razonable que vivamos esta breve vida a la luz de la eternidad".

Nuestros ojos están avistando la visitación más grande y poderosa del Espíritu Santo, por eso es necesario buscar santos que dediquen su tiempo para recibir las oleadas de la multiplicación. Hombres que tengan su tesoro en el cielo, que saben que han sido llamados para este tiempo, ellos saben que cada día es precioso, aunque son cortos, saben que están dedicados al propósito correcto, al Reino de su Señor. Jesús nos prometió que: "Si ustedes buscan mi reino, mis añadiduras vendrán a ustedes" (6.33/Mateo). No importa cuantos días estén aquí, cada segundo están dedicados para que los disfrutemos y sirvamos al Rey. El afán y la ansiedad de este mnudo nos puede llevar a conseguir todo a culaquier precio, incluso hasta perder la vida, por tratar de conservarla por culaquier cosa. Esperar en el Señor nos enseña a aprovechar bien los días y ordenar las prioridades, nos lleva a desarraigarnos y a desprendernos de este mundo (6.32/Mateo). Esta es una batalla importante que debemos lidiar y ganar si realmente queremos alcanzar los propósitos para nuestros días.

Días fructíferos y perfectos, significa dejar que Dios cumpla sus propósitos en nuestras vidas; es dejar de pensar egoístamente, ambiciosamente gastando fuerza y días por los intereses de este mundo, recuerde: "¡Que usted está viviendo un segundo de lo que realmente será la eternidad con Dios!". No se afane y no se amargue por el mañana, su Palabra nos recuerda el corazón de Dios para nuestras vidas y nuestros propósitos: "El ha hecho todo apropiado a su tiempo. También ha puesto la eternidad en sus corazones; sin embargo, el hombre no descubre la obra que Dios ha hecho desde el principio y hasta el fin. Sé que no hay nada mejor para ellos que regocijarse y hacer el bien en su vida" (3.11-12/Eclesiastés)